Medicina Estética Marbella - Costa del Sol
¡Las Manchas Envejecen el Rostro! Objetivo: Piel luminosa
Haces todo lo
posible para evitar las arrugas en
tu cara y en tu escote, y no quieres
que se vea envejecido tu rostro, ni
tus manos por las manchas.
¿Alguna vez has pensado en los muchos años que LAS MANCHAS añaden a tu cara, cuello, escote y manos?
Efectivamente,
una piel apagada y con evidentes manchas de “edad” se percibe
como una piel envejecida, la piel de una persona mayor, y esto
aunque no tenga muchas arrugas.
Incluso un rostro con
algunas arrugas de expresión, pero luminosa, y sobre todo con
color sano y uniforme, se percibe como mucho más joven que una
piel con manchas y de aspecto gris y apagado.
Cuando
hablamos de los signos de la vejez en el rostro automáticamente
tendemos a pensar en patas de gallo y arrugas. Evidentemente
éste es uno de los muchos aspectos que evidencian el paso de los
años y nuestra edad, particularmente en nuestro rostro. Otra
circunstancia a tener en cuenta son las manchas producidas por
el sol, por cambios hormonales y por el paso del tiempo.
El tratamiento PROSTROLANE BLANC B es la última revolución en medicina estética recomendada para corregir y reducir la hiperpigmentación a través de la disminución de la síntesis de melanina favoreciendo la producción de colágeno. La piel recupera su elasticidad y firmeza consiguiendo una apariencia radiante, luminosa y rejuvenecida, sin manchas.
Léntigos y cuperosis
El paso de los años y especialmente
la exposición continuada al sol sin protección y ciertos
factores genéticos, son la causa de los denominados léntigos
solares. Dermatológicamente son manchas oscuras que aparecen en
personas de mediana o avanzada edad. Son lesiones estéticamente
molestas, aunque benignas por lo que no afectan a la salud.
El envejecimiento cutáneo también suele asociarse con la
aparición de cuperosis o telangiectasias faciales. La Cuperosis
es una afección estética de la cara caracterizada por la
aparición de pequeños vasos sanguíneos o capilares dilatados que
producen manchas rojizas principalmente en las mejillas.
Las telangiectasias faciales son dilataciones permanentes de
los capilares y venas superficiales que suelen aparecer en las
mejillas y en las aletas nasales.
Al igual que los
léntigos, son lesiones benignas que suelen incomodar
notablemente a quienes las padecen. Pueden asociarse con
sensación de ardor o hipersensibilidad de la zona afectada. Otro
ejemplo claro de esta incomodidad reside en el hecho de que el
color rojizo de las mejillas acostumbra a asociarse popularmente
con la ingesta de alcohol. Muchos pacientes que padecen
cuperosis se sienten estigmatizados por esta circunstancia.
Tratamiento y rejuvenecimiento cutáneo - Las manchas cutáneas tienen tratamiento
El tratamiento de las manchas depende de su origen y del estado general de la piel. Según las necesidades del paciente nuestros especialistas recomendarán un tratamiento u otro. La época ideal para tratar las manchas cutáneas es en otoño – invierno debido a la menor radiación solar. Es imprescindible proteger la piel del sol durante y después del tratamiento. El tratamiento PROSTROLANE BLANC B repara, ilumina y recupera la juventud de tu piel .
Recuerda: Una piel joven no sólo es una piel sin arrugas, debe tener tresura y un color uniforme.
El tratamiento conjunto para lesiones pigmentadas y vasculares está indicado en personas que presentan manchas localizadas en la cara o en la zona del cuello y/o escote junto con dilataciones vasculares.
Léntigo
Es
denominado comúnmente como “mancha del envejecimiento”. Los
lentigos tienen forma redondeada u ovalada y aparecen solos o en
grupos de 3 o 4.
Estas manchas tienen un color beige
claro al principio, con tendencia a oscurecerse con los años.
Son causados por la exposición solar, por ello el lentigo afecta
principalmente a los lugares de la piel expuestos al sol:
rostro, manos, brazos, hombros, piernas, espalda, etc. Son más
frecuentes en las personas de fototipos claros, es decir rubios
o pelirrojos.
Los primeros lentigos suelen surgir
alrededor de los 50 años o incluso antes en las personas que
pasan mucho tiempo expuestos a la luz solar.
Su causa principal es la acumulación de radiación ultravioleta, por lo que aparecen con el paso del tiempo, especialmente en las zonas más expuestas, como rostro y dorso de las manos.